Se conmemora en estas fechas el día mundial
del trastorno bipolar. Para decirlo de una vez, a mi entender, desde el punto
de vista de las causas que lo producen dicho trastorno no existe.
Como suele ocurrir con la perspectiva
fenomenológica – estudio de lo que se ve a simple vista - se ha generado un
diagnóstico mediante el ‘corta y pega’ de varios síntomas emocionales.
A mi entender su base psicológica y sostén
diagnóstico válido es la propia depresión, de la que sí podemos saber cuáles
son las causas, a saber, una repetida frustración de deseos y proyectos
vitales.
Después de una sucesión de fracasos la
persona empieza a sentirse incapaz para lograr sus objetivos. Así empieza la
depresión, como una visión negativa de las cosas, que envuelve su vida
emocional.
La negación,
un mecanismo de defensa.
El diagnóstico de trastorno bipolar empieza
cuando la persona genera un mecanismo de
defensa contra el sentimiento de impotencia, que consiste en negarlo. La forma
en que se manifiesta esta negación es la producción de un estado contrario a la
depresión, que es la euforia.
Mientras la euforia dura desaparece el
sentimiento de incapacidad y la visión negativa de las cosas. Sin embargo, como
la euforia no está basada en hechos reales sino en una reacción contra la
depresión, se agota tarde o temprano, cayendo de nuevo en la depresión... En
una depresión más intensa, ya que se ha sumado una nueva experiencia de
frustración.
Con cada repetición, ambos síntomas se hacen
más intensos, agravándose el cuadro.
Lo que se viene llamando trastorno bipolar
consiste en la repetición de la depresión y su negación eufórica. Dos síntomas
emocionales ligados por la negación.
La generación del diagnóstico de trastorno
bipolar se hace posible por una forma particular de recortar estos síntomas.
El ‘corta y pega’ que produce el diagnóstico
consiste en tomar como independientes la depresión y la euforia.
Lo que son dos síntomas – depresión / euforia
- relacionados entre sí por la negación y el agotamiento de la negación, son
entendidos como una entidad en sí misma.
Ahora bien, para que sea una entidad propia
tiene que tener una causa que la produzca como tal.
¿Cómo se justifica la causa de esta entidad?
¿En dónde se sitúa lo que la produce?
La respuesta biológica dice que:
- En una causa exterior a los mecanismos
psicológicos; en este caso esta falla productora del trastorno psicológico está en
el cerebro biológico. Con esto ya no es necesario pensar los mecanismos
psicológicos que la producen. Si hay una causa externa a los mecanismos
psicológicos, estos dejan de existir.
La respuesta psicoanalítica dice que:
El carácter psíquico del trastorno bipolar se
comprueba mediante la psicoterapia analítica del paciente.
¿Cómo se comprueba el carácter biológico
cerebral del trastorno? – Mediante el tratamiento psicofarmacológico.
Podrá el lector preguntar en este punto si en
esto no hay una contradicción. Le podemos contestar que sólo en apariencia.
En principio la confusión está garantizada en
tanto en ambos tratamientos se suelen utilizar psicofármacos y psicoterapias de
distintos tipos, y ambos suelen mejorar al paciente.
¿De qué estamos hablando entonces? ¿Cuál es
la conclusión de nuestro planteamiento sobre el trastorno bipolar?
- Qué más allá de que se combine o no con
psicofármacos (yo personalmente los utilizo en muchos casos) en el
psicoanálisis del trastorno, el paciente tiende a la curación absoluta y se
descubren y resuelven en el proceso del tratamiento los mecanismos psicológicos
que lo producen; mientras en el tratamiento de base psicofarmacológica el
tratamiento tiende a la cronificación, como las estadísticas de este tipo de enfoque lo confirman.
1 comentario:
Me gustan mucho las publicaciones de su blog, pero en especial me llamó mucho la atención ésta debido a que a mi madre la diagnosticaron con este transtorno y en una de sus crisis atentó contra su vida logrando acabar con su vida, este suceso ha sido muy duro para mi, lo cual me ha sumergido en una depresión que me ha llevado a tener pensamientos suicidas y sentimientos de culpa. Yo tengo 21 años y era la hija menor, la única compañera de mi madre ya que mis padres eran separados y ahora a pesar de todo mi preocupación más grande es que yo pueda padecer del mismo transtorno del que padecía mi madre. Le agradecería mucho si pudiera comentar sobre mi caso ya que no me gustaría continuar con antidepresivos y antipsicoticos que es lo que la psiquiatra me ha recetado hace pocos días para poder restablecer mi descanso.
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