Según los datos aportados por la OMS, la
carga de trastornos mentales sigue aumentando y tiene grandes repercusiones en
la salud, además de importantes consecuencias sociales, económicas y para los
derechos humanos en todos los países del mundo. Están afectadas 700 millones de
personas. A pesar de ello su prevención y tratamiento no ha sido prioritario
hasta ahora en que la OMS ha promovido este plan de acción.
El axioma que sitúa la filosofía del plan es
“no hay salud sin salud mental”.
Celebramos este plan de la OMS.
Casi como una asociación inconsciente
situamos las preguntas siguientes:
¿Cómo te enfermas?
El proceso de enfermar: ¿Un mal de la
afectividad?
¿Qué es, cómo funciona el afecto?
Nos acordamos del señalamiento de Lacan en su
conocido trabajo “El estadio del espejo”, en el que el ser humano se forma a
partir de la mirada de amor de la madre. El bebé, si pudiera hablar diría: si
esta persona me mira de ese modo, como si existiese, como si yo fuera lo más
importante para ella, me voy a subir a ese burro, me voy a creer que existo.
Formado a partir de una mirada, el destino
del ser humano está sostenido en la relación social por el entrecruzamiento de
miradas, en las que se pone en juego un mecanismo de reconocimiento, que nos
hace intercambiar nuestro ser a lo largo de la vida en una historia
personal-social.
El afecto es lo que se pone en juego en estas
miradas de reconocimiento.
Los trastornos en la interrelación de las miradas
pueden llegar a enfermar el afecto.
Lo que nos afecta es cómo somos mirados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario