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sábado, 4 de febrero de 2012

¿POR QUÉ LOS IMPERIOS? MÁS ALLÁ DE LAS SOBRE DETERMINACIONES.


Escuchando a la notable historiadora y filósofa Diana Uribe relatando la historia me pregunto para qué tanto cuento con los imperios.
¿Para qué quiere el humanito imperios? Desde el punto de vista marxista existe una gran fuerza que hace actuar al hombre a su compás que es la sobre determinación económica. Esta fuerza le hace hacer muchas cosas para acumular poder, capital y bienes.
Sobre determinación significa que más allá de la conciencia existen procesos que pesan sobre el juicio de la conciencia, la afectan desde fuera de la conciencia misma.
Hay un ejemplo muy común que es el de las personas que han sido amigos íntimos en tiempos pasados, identificados con los mismos valores, y se encuentran pasado el tiempo en lugares contrarios. Suele decirse en estos casos: Es la vida.
Es verdad porque en la vida existen mecanismos que determinan las acciones de los humanitos además de sus sinceras intenciones. Existen otras determinaciones además de las intenciones conscientes y las concepciones.

Otra respuesta que suele darse para justificar estas cosas es decir: – “Es complejo”.
Esto puede ser cierto, pero la complejidad de los procesos vitales no implica que sea inevitable caer en grandes errores que se repiten una y otra vez en el curso de la historia.
Que sea complejo no nos exime del magnífico chiste de Einstein cuando dice que: hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana, y del universo tengo ciertas dudas.
Que sea complejo no significa que sea inevitable el error.

Así como hay una sobre determinación económica también hay otras de naturaleza diferente que afectan la decisión de la consciencia: una biológica por ejemplo, otra cósmica, etc.
También existe una sobre determinación inconsciente, que es la que nos toca más de cerca en el ámbito del psicoanálisis.

Desde ésta, replanteamos la pregunta del título de este post:
¿Por qué el humanito se siente atraído por la aventura de hacer imperios?
¿No puede quedarse tranquilo en su casa, en su barrio, en su ciudad o en su pueblo?
Parece que no le resulta fácil, ya que hace tantos imperios. Creo que no le queda fácil al sujeto quedarse consigo mismo.

Según la teoría del inconsciente, el humanito es una entidad vacía de sentido que se ve abocada a hallarlo, y va buscándolo de todas las maneras imaginables, una de ellas es la del emprendimiento imperial.

La consecuencia de un vacío de sentido en su propia naturaleza, el que al mismo tiempo le resulta inaceptable, explica su tendencia a pasarse de la raya, a tratar de rellenarlo de un modo excesivo. La pasión de forjar imperios sería uno de estos emprendimientos.

Al humanito le queda difícil quedarse tranquilo. Por eso dijo Romain Rolland que: la calma es la virtud máxima.

2 comentarios:

Mobesse dijo...

Querido Luis, es lo primero en bastante tiempo que leo sin entristecerme como efecto secundario. Es triste, si lo piensas, que le ocurra esto a los humanitos; a unos pocos, claro, aunque las consecuencias las sufren (sufrimos) casi todos. Pero no me entristece. Será por el tono (ay, estos humanitos no tienen arreglo) Me hace recordar el poema de Cesar Vallejo

Considerando en frío, imparcialmente

Humanito dijo...

Querido Fer
No te pongas triste ¿por qué? si la creación es siempre la otra cara de la moneda ¿no te parece?
Saludos
Luis