Nos invade una sensación de ridículo cuando no logramos ser válidos y prestigiosos. Sin embargo el fracaso gana finalmente todas las batallas.
Freud se extrañaba de la necedad de la pulsión de vida que a pesar que la muerte gana todas las batallas e incluso pone la última palabra, siempre se propone hacerlo mejor; se dice: ahora he aprendido, la próxima vez lo haré bien.
Siempre haces algo bien y al mismo tiempo eres mortal, frágil y poco valeroso. El valor es sobreponerse, como dice Rilke, o sobrevivir como le gusta a Derrida.
Cuando era joven quería aprovechar el tiempo, ¡ganarlo! Desde que me he enterado que por más que haga de todos modos lo llevo perdido me dedico a verlo pasar. Hasta donde es posible he descubierto la mortalidad.
El periodista radial español Carlos Herrera — un entrañable discurso — ha establecido una batalla contra el tiempo con la que le calienta las orejas a sus oyentes de una forma graciosa, que no deja de manifestar su horror a la mortalidad: ¡Ya es muy tarde! Dice a las 5 de la mañana. ¡Tranquilo Carlos!, por más que te caigas de la cama…

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