Páginas

leschnit@yahoo.es

lunes, 1 de junio de 2009

INCREIBLE CAPACIDAD DEL YO PARA ENGAÑAR Y PARA ENGAÑARSE A SÍ MISMO


Una pregunta:
¿Por qué el yo es capaz de engañar?
- Debido a que en el fondo la psiquis y nuestra propia personalidad, está basada en una determinada combinación de símbolos. Como quien dice, es como un puzle. Por lo tanto, si se cambiara la combinación, tendríamos un extravío. Esta es nuestra naturaleza, potencialmente cambiante y frágil.
De hecho, cuando una persona está “extraviada”, confundida, siempre se trata de una alteración de esta combinación que nos sostiene.
Ayer en una peli, vi a un señor muy centrado en su personalidad social y personal, que por un error cualquiera, pero que por mala suerte se difunde al medio que sostiene su identidad, se ve metido en una enorme crisis que lo lleva a un desastre inminente.
Me llamó la atención que en ese momento el personaje dice: Lo malo de lo que me pasa es que no puedo pensar.
Me asombró que eso fuera lo que juzgaba malo, cuando yo estaba alucinado por el desastre general de su vida.
Lo asocié con lo anterior porque el cambio de fichas del cerebro nos quita la identidad, que se expresa por la falta de capacidad de pensamiento. Era lo que echaba en falta el personaje.
El Yo es importante porque es el que nos da los datos de nuestra combinación, de lo que somos. Por eso a veces nos tiraniza, porque por inseguridad en nosotros mismos, en nuestra combinación personal, nos permite mantenernos en el mundo de los cuerdos; y a veces por la vía contraria, nos tiraniza, por miedo a cambiar lo que necesitamos para estar mejor, para nuestro crecimiento, por miedo al peligro que este cambio puede significar.
El Yo es capaz de engañarnos a nosotros mismos, por el miedo a perdernos, a extraviarnos.
También por eso es capaz de engañar. Porque todos estamos en disposición a suponer que el yo del otro es verdadero, tendemos a creer que lo que nos dice es verdad. Es más cómodo. Si dudamos de la verdad del otro, damos lugar a la duda de que el yo no diga la verdad, y esto repercute en la verdad de nuestro propio yo, de nuestras propias certezas.
Al igual que una persona, también una comunidad de ideas, una cultura; puede tender a la costumbre de afirmar sus certezas, o a la de ponerlas en duda. Esto lleva a estilos de pensamiento que han hecho historia en el mundo de las ideas y de las civilizaciones.
Nos parece en todo caso que el camino intermedio, en este caso, puede ser el más adecuado en términos generales. Ya que el yo es una máquina de síntesis de nuestras combinaciones mentales, es bueno dar un lugar al hecho de que no es – como nada en lo humanito – palabra divina, verdad inamovible. Y escapar por lo tanto de las verdades absolutas, sin dejar de afirmar las verdades que nos parecen válidas.
Es por eso, por estar en juego la identidad, que tendemos con fuerza a creer en un discurso afirmativo – está de moda llamarlo asertivo – antes que ponerlo en duda. Ello nos evita la angustia de la duda.

No hay comentarios: