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domingo, 22 de diciembre de 2019

MAREAR LA PERDIZ.


Confusión y shock emocional.
La caída del gobierno de Evo Morales, un ejemplo de pensamiento psicopático.


Marear la perdiz, es un nombre de entrecasa para los métodos modernos de producir golpes de estado. Son métodos que se centran en producir confusión.

Podríamos decir que se lo tumbó haciendo tonterías. Es interesante preguntarnos cuáles y de qué manera, han sido las tonterías instrumentadas.

Se montó un “juego” para producir confusión.

El primer movimiento fue negar lo evidente; negar que Morales había ganado limpiamente las elecciones. El hecho de acusar falsamente, contra lo obvio; por ser ridículo y absurdo, chocante con el sentido común, fue un golpe bajo exitoso, para el objetivo de producir confusión.

Es un método que podría llamarse cuanto más ridículo mejor. Basado en la lógica del absurdo: cuanto más mentiroso, más verdadero. Cuanto menos creíble, más creíble.

¿Qué nos están acusando de fraude? - debe haber sentido el equipo de gobierno que había ganado las elecciones - es ridículo, absurdo, va contra lo obvio; por lo tanto, no puede llegar muy lejos.

Pero pensar así resultaría un error, porque, precisamente por eso, por ese choque con la realidad más evidente, iba a impactar por el método del shock emocional.

Lo que se puso en juego con esa acusación ridícula, no fue una mayor capacidad lógica para comprender el sentido de las cosas; sino quién tenía la lógica más confusa. Es un ejemplo de pensamiento psicopático. Sino la paradoja del pensamiento psicopático.

El psicópata invierte el lugar de la víctima y el victimario. Nos la hace y nos hace aparecer como culpables.

La oposición mafiosa supo colocar al equipo de gobierno en la posición del neurótico obsesivo, que idealiza la razón perdiendo el control de sus emociones, cuando es enfrentado al absurdo y en esta debilidad es por donde el otro le va a entrar para manipularlo.

Sus emociones, apoyadas en la luz de la razón, se afirmó en la lógica de la realidad, confiando en ella para imponer la verdad; cuando la sagacidad del oponente iba por otro lado, el de conmover su emoción, llevándolo al caos y la confusión, hasta provocarle un shock.

Al cocido de conmover la razón, se le agrega entonces manifestaciones de violencia dura por parte de pequeños grupos anónimos de encapuchados, produciendo una gran confusión social, que complementa la confusión mental del equipo de gobierno.

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