Lo comunes que son y cómo pasan desapercibidos.
Surgió
en los medios, la historia de Virginia “Ginny” Fuchs la campeona de boxeo, considerada
una de las mejores en el boxeo olímpico de peso pluma o mosca, contaba su drama de obsesión con la limpieza.
Siendo
su profesión muy sucia, por el sudor y la sangre, propios y ajenos, no se
compatibiliza con la limpidez, la lleva muy mal; siendo entonces la suya una
doble pelea, la del enfrentamiento en el ring con las rivales y la interna, de
seguir adelante a pesar del rechazo íntimo hacia la suciedad.
Lejos
de una situación tan particular como el boxeo femenino, nos encontramos con un
fenómeno que se presenta mucho más comúnmente de lo que solemos imaginar. Como en
el caso de la neurosis del ama de casa,
que consiste en la manía de lavarse las manos constantemente.
¿A
qué se deben este tipo de conductas obsesivas a las que la persona se hace
adicta y por mucha voluntad que pone, se le hace poco menos que imposible
liberarse? ¿Es una falta de voluntad o un conflicto que, por ser inconsciente,
el que lo padece no puede asirlo?
Forman
parte de una situación psicológica más amplia, a la que llamamos neurosis obsesiva.
Esta
neurosis tiene una conflictiva inconsciente que consiste en el deseo de
perfección.
El
neurótico obsesivo está guiado por una idea, una frase que ha ocupado el centro
de su personalidad, que dice que, si las cosas que hace y su propio ser, no son
perfectas, algo grave, algo terrible le va a pasar.
El
neurótico obsesivo se ve tiranizado por esta convicción, hasta tal punto de
sentir que su vida o su muerte depende de cómo resuelva esta situación.
Este
drama emocional, tanto consciente como inconsciente, nos hace vislumbrar la
razón de que la “manía” de la conducta obsesiva tenga tanta fuerza.
Como
ocurre en todas las neurosis, tiene sus causas en la historia emocional del
sujeto y podrá superarse en la medida en que ponga en juego en la relación
psicoanalítica la re-vivencia de su historia.
Volver
a estas vivencias, le da la posibilidad de resolver el conflicto que lo condujo
al encierro, resolviéndolo de otro modo, que no lo encierre en un drama sin
salida. Mediante su psicoanálisis, la campeona de boxeo, podrá dedicarse sólo a
entrenar su capacidad de lucha, dejando su interior libre del tironeamiento
emocional.
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