El psicoanálisis está hecho para las neurosis
y neuróticos somos todos en cierto sentido.
Por un lado, todos los seres humanos estamos
hechos en un molde de un conflicto afectivo, porque su inconsciente está armado
sobre la prohibición de un deseo. En ese
sentido somos portadores constitutivos de cierta neurosis, de ciertos
sentimientos encontrados.
La neurosis como enfermedad mental, es esta
naturaleza conflictiva del ser humano, exagerada, sacada fuera de medida.
Por ejemplo, yo puedo sentir un dolor por un
cierto sentimiento, a partir de equis situación que me resulta difícil por
cosas del pasado que todavía repercuten en el presente. Es lo normal. Lo
patológico empieza cuando ese dolor se vuelve una condena. Cuando en lugar de
desaparecer, de disminuir en unos días, se hace tan fuerte que me desborda y me
lleva a un estado que compromete mi estabilidad emocional.
Para los problemas normales y comunes que las
personas se encuentran en la vida Freud inventó el psicoanálisis, que resulta
curativo cuando se le salen de las manos.
Esto no está lejos de la salud como puede
verse.
Por eso decimos que el tratamiento
psicoanalítico es para sanos.
Esa vaina del ´complejo de Edipo´ de Freud,
todavía funciona.
Amamos al padre del sexo opuesto y odiamos al
del propio sexo. Estructuralmente sigue funcionando más allá de los imaginarios
de género que en este tiempo son cualesquiera y ninguno, dentro del esquema del
posmodernismo.
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