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miércoles, 16 de agosto de 2017

N.Y. BAJO EL MAR





No se tomará en serio lo del cambio climático hasta que la ciudad de Nueva York no se encuentre bajo el mar.

Pido perdón a los neoyorquinos por tomarlos como ejemplo. Cuando todas las ciudades a nivel del mar cierren, porque no se puede vivir debajo del agua, recién entonces, se podrá tomar en serio el problema.

Marx decía que el hombre nunca se propone resolver un problema que no le esté afectando directamente. Que las personas no empiezan a pensar en aprender a nadar antes de que el agua le llegue al cuello.

La verdad que resulta de todo ello, pasando por un momento al aspecto psicológico de la cuestión, es que resulta bastante fácil negar la realidad dado que es un mecanismo de la mente, un mecanismo de protección que tiene la mente humana: La negación de la realidad.

Pero, afortunadamente, existen en la mente otros mecanismos que van en dirección contraria a la negación de la realidad. Entre ellos, el principio mismo de realidad, basado en la experiencia y la reflexión, como la que estamos procurando hacer en estas líneas.

Tengo un ejemplo personal en que aprendí, en mis propias carnes, la fuerza de la negación.
Había regresado a mi apartamento por la noche, con un fuerte malestar de estómago. En esos días había una epidemia virus intestinales en la ciudad, y tuve una noche de vómitos permanentes.

Vomitar siempre ha sido para mi algo miedoso, un sentimiento de muerte inminente me invade en el momento del vómito, por lo que siempre lo trato de evitar a toda costa. Pero esta vez fue inevitable.

El ritmo del vómito era tal, que me daba el ataque y evacuaba una y otra vez con un estado de pánico. Lo increíble, en lo que consiste mi observación sobre el mecanismo de negación es que, cada crisis de vómitos era sucedida por un tiempo de calma. Y durante este período de calma, se borraba el recuerdo del momento anterior.

Me explico, recordaba intelectualmente que la había pasado fatal cada vez que había vomitado, pero el temor con que lo había vivido no estaba presente, la emoción estaba ausente, como perdida de la consciencia. Lo recordaba pero no lo sentía.

Lo intolerable, el sentimiento de temor, había quedado reprimido en lo inconsciente. Lo increíble es que esto ocurría instantáneamente una y otra vez a despecho del conocimiento consciente.

A este fenómeno se lo llama ´negación´.

Esta experiencia penosa, se repitió en esa noche de infiernos, durante varias horas.
Este es el aprendizaje:
Que la negación puede hacer desaparecer en nosotros la importancia o la realidad de cualquier cosa, hasta la más evidente.

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