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lunes, 15 de febrero de 2016

- La psicología de Raymond Chandler en el duelo de las víctimas de guerra –

ARTE TERAPIA Y CATARSIS EN LA NEUROSIS DE GUERRA
                                                                       “Como el hombre que quiere aprender a
                                                                       caminar después de sufrir parálisis… el
                                                                       doliente de guerra puede llegar a
                                                                       reconstruir su capacidad de soñar. *
                                                                                                                        *´El largo adiós´. Raymond Chandler.


Descripciones del  detective Marlowe mientras prepara el café después de una noche grave:

“¿Por qué me detengo en cada uno de estos detalles? Porque la atmósfera cargada hace que cada una de estas cosas parezca un rito, una representación, un movimiento preciso y muy importante de la realidad. Es uno de esos momentos hipersensibles en que todos los movimientos automáticos, por más habituales, por más antiguos que sean, se convierten en movimientos independientes de la voluntad. Es como el hombre que quiere aprender a caminar después de sufrir parálisis. Tiene que empezar todo de nuevo.

- Para usted café puro, Terry.
En la mía puse dos terrones de azúcar y un poco de leche.

En estos momentos ya estoy saliendo de mi embotamiento matutino. No sé cómo hice para abrir la nevera y sacar el recipiente de leche.”

El enfermo de una neurosis traumática grave, el que ha sido despojado de todo lo importante, tiene dos caminos mortales y uno de vida:
Quitarse la vida o ensimismarse en el sentimiento que el mundo conocido ha desaparecido,  que nada se sostiene y lo que queda no tiene sentido.
En este caso de melancolía, a ratos los hechos vividos vuelven a la memoria deshilachados, por trozos de los que tratará de escapar.
Tercera opción, de vida, cuando su capacidad le alcanza para entender que toda realidad es un vacío cubierto por imaginación, podrá ver que esta fantasía que viste la realidad es la verdadera realidad. Puede encontrarse con la dificultad de  no saber cómo ser el sastre o la modista de esta vestimenta para armar una nueva.

Como el detective de Chandler, cualquier detalle cobra relevancia como si en él se concentrara la vida entera. Cada gesto antiguo aparece rodeado de la historia de su vida, de su modo de sentir.

En un momento dado el llanto le dará entrada a otra vida completando  el duelo atroz por lo perdido, no porque haya aceptado lo inaceptable sino porque habrá aprendido a reconstruir sus sueños.
Por su dinámica de reconstruir la fantasía, los trabajos del arte son adecuados para ayudar en este camino, acompañados por ejercicios de catarsis que le ayudan a volver a llorar.

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