¡En una vida humanita todo es tan frágil! (todo se acaba), que cualquier cosa que pretenda ser de hierro, sólo puede sostenerse como un mito.
Cuando en la realidad se quiere meter el absoluto, se cae en la necedad, principal fundamento de lo obsceno.
Porque en la vida todo es tan frágil (todo se acaba); también resulta comprensible que el humanito quiera contar con algo absoluto, para controlar la inquietud que la cuestión produce.
Dijo Ciorán:
“Todo se puede sofocar en el hombre, salvo la necesidad del Absoluto, que sobrevivirá a la destrucción de los templos así como también a la desaparición de la religión sobre la tierra.”
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