Páginas

leschnit@yahoo.es

sábado, 30 de agosto de 2008

AHORA ESTÁ DE MODA EL HIPOTÁLAMO

Será porque la palabra sugiere sentidos extraños, como una mezcla de caballito de mar y de asuntos mitológicos antiguos.
No hay nada mejor, en efecto, para excitar la imaginación, que una imagen que no pueda ubicarse en un sentido conocido pero que tenga resonancias exóticas.
¿Quién no ha soñado con convertir al mundo a imagen y semejanza de sí mismo, deporte humano de sentirse Dios, que se llama vanidad?
El hecho es que en las últimas semanas, la palabra hipotálamo ha entrado por mis orejas cuatro o cinco veces.
El lector podrá decir que cuatro no es un número fiable Es cierto que desde el punto de vista de estadístico no puede sacarse de eso mayores conclusiones. Sin embargo me arriesgo, a esta altura de mi carrera profesional, desencarnada de pertenencias institucionales, soy un psicoanalista “suelto” por lo cual mi lujo está en decir lo que pienso. Por el momento el único que me obliga es el de mi clínica, el de la relación con mis pacientes, lo cual me permite una notable libertad.
A este “hipotálamo” lo conozco desde la escuela de medicina. Tiene algunas funciones de regulación general sobre el organismo. Y tenía una curiosa familiaridad en los estudios ontogénicos – relaciones de anatomía comparada con otras especies- con entidades muy primitivas en la evolución.
Ahora la teoría de Darwin quiere ser cuestionada por la idea absoluta de Dios, que parecen ver en ella una relativización del lugar del hombre que algunas religiones consideran ubicado en el centro de la vida, en tanto iría contra su lógica.
Pero más allá de esto, lo que lleva la marca de lo arcaico, lo que viene de más lejos que del vientre cálido de nuestra madre, de lo que vive perdido en la historia de los tiempos; resulta apto para desarrollar un fuerte poder imaginario. Posiblemente es por ello que el hipotálamo vuelve a resurgir como el cajón de los recuerdos donde las lecturas con menos fundamentos pueden encontrar una casa de crianza.
Los aparatos ideológicos, haciendo las veces de virus informáticos en la divulgación científica, vienen lanzando a la corriente de opinión, ideas sin fundamento en el campo de la salud mental, logrando filtrar nociones que no podrían sostenerse en ningún congreso serio, a menos que se presenten con el rango de hipótesis.
Como es sabido, en ciencia puede plantearse cualquier hipótesis. Por ejemplo, siguiendo el viejo refrán que hace referencia a las cuestiones obvias, de que el agua moja; plantear: el agua no moja. Hasta aquí, para la ciencia, no habría objeción, ya que está basada en la demostración. Planteamos que el agua no moja, pues muy bien. Ahora, para que sea considerada una verdad científica; hace falta demostrarlo. Esa es la diferencia entre ciencia y opinión.
El caso del que hablamos es que, en la difusión científica de los conocimientos sobre la mente, se han trasladado a las opiniones como demostradas, ideas que sólo son válidas como hipótesis.
Vale decir que tales supuestos se han dado como verdades científicas, no en la ciencia sino en la difusión popular de las ciencias. Por eso hablamos de aparatos o maniobras ideológicas, agazapadas en la difusión científica como si fueran virus informáticos. Creemos que hay que criticarlas.
Volviendo a los sentidos míticos que entusiasman de las sugerencias que produce la palabra hipotálamo en la imaginación, en las últimas semanas he escuchado con sorpresa hablar varias veces sobre este órgano del cerebro.
Algunas provenientes de pacientes que venían de consultas psiquiátricas biológicas, en que el colega les había explicado que su cuadro emocional neurótico era por fallar una sustancia que se ponía en juego en el hipotálamo. En otras dos, me lo he encontrado en la televisión, en una serie de bomberos estadounidense, en la que tratan con humor y realismo cosas de las relaciones humanas. Para mi sorpresa también, había toda una serie de gags acerca del efecto de ciertas pastillas sobre el mismo hipotálamo.
Asumo, al hablar de este modo, el riesgo de ser criticado por algún lector colega, desde el argumento que el hipotálamo es una región del encéfalo que cumple funciones reales. Como expresé más arriba, no desconozco este particular; tan sólo trato de llamar la atención sobre la generalización de la hipótesis biológica de la mente, que también está de gran moda desde hace 10 o 15 años y que parece haber encontrado ahora en dicho órgano una imagen adecuada para el depósito de un sofisma, basado en conclusiones políticamente cargadas, haciéndolas pasar por científicas en un modo falso.
Conviene no dejar en el tintero, decir que las investigaciones psicoanalíticas han demostrado fehacientemente el origen específicamente psíquico de las neurosis y de la gran mayoría de los trastornos emocionales.
Y han abierto la interrogación sobre la relación de lo psíquico con lo orgánico.
Decir como argumento para intentar refutar lo dicho, que el psicoanálisis está reevaluado no es argumento sostenible – que también está de moda en la lucha gremial entre concepciones de la salud – sino prueba de ignorancia.


Luis Schnitman
Madrid. 28.08/2007

No hay comentarios: