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domingo, 1 de septiembre de 2013

LA POLÍTICA Y LA CUESTIÓN DE LA SUBJETIVIDAD.

Reflexiones sobre la conferencia de Jorge Alemán. Psicoanálisis y política.



El autor, en una conferencia dirigida a estudiantes de psicología de Buenos Aires, - en que recuerda el descubrimiento freudiano ratificado por Lacan de la escisión radical del sujeto psíquico - busca el lugar de este sujeto del inconsciente en la política, planteando modernas formulaciones.

Para eso hace un breve raconto histórico desde los años 70, en que siguiendo las líneas planteadas por pensadores como Frantz Fanon, Pichón Rivière y  Deleuze y Guatarí en El Antiedipo, se trató de hacer depender la formación misma del sujeto de las condiciones socio económicas, planeándose el psiquismo como una superestructura en un sentido marxista, dependiente por lo tanto de una infraestructura social. Se planteaba que la infraestructura social era la que tenía la característica de realidad material, mientras la superestructura era un efecto de aquella.
Desde Lacan hoy sabemos que el sujeto, en tanto estructurado como un lenguaje, es  igualmente material, produciéndose consecuentemente la nueva problemática de su relación con la determinación económica  social. A ello se aboca Alemán.

“Probablemente el Anti Edipo fuera la consecuencia final de un largo recorrido, cuya vocación fue inscribir el psicoanálisis en el orden de las prácticas sociales; presentaba una determinación de la emergencia de la subjetividad atribuida a las infraestructuras económicas u otros dispositivos de poder, más que a la propia constitución del sujeto.”

“Un legado se vuelve más importante cuanto con más fuerza te interpela y más elementos presenta para descifrar. Hoy, en relación con este legado, la pregunta es: ¿qué le puede decir el psicoanálisis a la política?”

“Se trata de la política en tanto abre un interrogante: ¿de qué es capaz un colectivo humano y de qué es capaz cada uno de nosotros en relación con un colectivo humano?”

“Ahora, me parece, vuelve a tomar fuerza la cuestión de la subjetividad. Ya no se  puede, como en aquellos años, ahogar la especificidad del sujeto, su diferencia radical, su constitución singular, su propia historia incomparable. No se puede subsumir esto en un proyecto homogéneo.”

“El desafío más apasionante, más difícil, que no encuentra fórmulas fáciles, que exige una invención, ya que no hay nada previamente definido ni articulado, es mantener la especificidad del sujeto; preservar lo que las enseñanzas de Freud y de Lacan han postulado con respecto al sujeto y vincular esto con los proyectos emancipatorios.
De tal manera que los proyectos emancipatorios no se puedan volver una coartada para borrar la singularidad del sujeto, pero también de tal manera que esa singularidad del sujeto no conduzca a una nueva forma de individualismo más lúcida o a una nueva forma de sabiduría cínica para estar en este mundo, “que ya sabemos que nunca va a tener arreglo”.

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