Reflexiones
sobre la conferencia de Jorge Alemán. Psicoanálisis y política.
El autor, en una conferencia dirigida a
estudiantes de psicología de Buenos Aires, - en que recuerda el descubrimiento
freudiano ratificado por Lacan de la escisión radical del sujeto psíquico -
busca el lugar de este sujeto del inconsciente en la política, planteando
modernas formulaciones.
Para eso hace un breve raconto histórico
desde los años 70, en que siguiendo las líneas planteadas por pensadores como
Frantz Fanon, Pichón Rivière y Deleuze y
Guatarí en El Antiedipo, se trató de hacer depender la formación misma del
sujeto de las condiciones socio económicas, planeándose el psiquismo como una superestructura
en un sentido marxista, dependiente por lo tanto de una infraestructura social.
Se planteaba que la infraestructura social era la que tenía la característica
de realidad material, mientras la superestructura era un efecto de aquella.
Desde Lacan hoy sabemos que el sujeto, en
tanto estructurado como un lenguaje, es
igualmente material, produciéndose consecuentemente la nueva
problemática de su relación con la determinación económica social. A ello se aboca Alemán.
“Probablemente el Anti Edipo fuera la
consecuencia final de un largo recorrido, cuya vocación fue inscribir el
psicoanálisis en el orden de las prácticas sociales; presentaba una
determinación de la emergencia de la subjetividad atribuida a las
infraestructuras económicas u otros dispositivos de poder, más que a la propia
constitución del sujeto.”
“Un legado se vuelve más importante cuanto
con más fuerza te interpela y más elementos presenta para descifrar. Hoy, en
relación con este legado, la pregunta es: ¿qué le puede decir el psicoanálisis
a la política?”
“Se trata de la política en tanto abre un
interrogante: ¿de qué es capaz un colectivo humano y de qué es capaz cada uno
de nosotros en relación con un colectivo humano?”
“Ahora, me parece, vuelve a tomar fuerza la
cuestión de la subjetividad. Ya no se
puede, como en aquellos años, ahogar la especificidad del sujeto, su
diferencia radical, su constitución singular, su propia historia incomparable.
No se puede subsumir esto en un proyecto homogéneo.”
“El desafío más apasionante, más difícil, que
no encuentra fórmulas fáciles, que exige una invención, ya que no hay nada
previamente definido ni articulado, es mantener la especificidad del sujeto;
preservar lo que las enseñanzas de Freud y de Lacan han postulado con respecto
al sujeto y vincular esto con los proyectos emancipatorios.
De tal manera que los proyectos
emancipatorios no se puedan volver una coartada para borrar la singularidad del
sujeto, pero también de tal manera que esa singularidad del sujeto no conduzca
a una nueva forma de individualismo más lúcida o a una nueva forma de sabiduría
cínica para estar en este mundo, “que ya sabemos que nunca va a tener arreglo”.

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