
¿Cómo puede ser que en la situación destinada al amor se produzca violencia?
¿Cuál es la locura que produce la agresión?
Además de tomar medidas para evitar la agresión mediante el control y la represión ¿por qué no hacer algo con la locura que lleva a la agresión?
Si no lo hacemos es porque no creemos que esta violencia tenga causa, o que sea posible trabajarla, hacer de ella algo diferente.
¿Qué pasa? Esta es una pregunta esencial.
¿Por qué un señor que ama a su mujer, llega a agredirla? Esto no cae de suyo. Tiene que funcionar en su mente algún mecanismo que le haga recorrer ese desgraciado camino.
Una primera aproximación de tipo psicológica a esta causa, es pensar la naturaleza de la relación de la persona amante con la persona amada. Como suele decirse en psicología, del sujeto y el objeto de amor.
Suele decirse que la otra cara de la moneda del amor es el odio, lo que se nombra como amor-odio.
¿El amor encierra el odio? Creemos que no. Más bien que cuando abres tu corazón inventarizas tu alma a favor de la persona amada, dejas que ella sea la dueña de tu corazón.
Ello produce un sentimiento maravilloso, una exaltación del yo. Que por otra parte también nos coloca en una situación de dependencia emocional respecto de la persona amada.
Dada esta situación si el amado no responde a nuestro amor, sentimos que nos quedamos sin alma.
Este vacío del amor despechado, esta desilusión que todos hemos experimentado de una u otra manera, produce de un gran dolor, pero eso no significa que nos carguemos a la persona amada.
La pregunta aquí sería;
¿Cuál es la diferencia mental que hace que en un caso nos sintamos muy doloridos, y en el otro lleguemos a la agresión?
En principio, creemos que la rabia hacia el que no corresponde a nuestro amor, no tiene por qué llegar a la acción agresiva. ¿Qué es entonces lo que hace que se pase del sentimiento de rabia o incluso del sentimiento de agresión, al ejercicio real del daño?
Nos parece que aquí nos hallamos en el terreno de diferenciar la realidad material de la realidad psíquica.
Es verdad que cuando amamos a alguien tenemos la capacidad de diferenciar la persona amada real sobre la que nuestro sentimiento de amor se deposita, del sentimiento mismo del amor, la persona amada real, la realidad social de dos personas, que integran una pareja sentimental.
Pero el fenómeno del amor es algo de nuestra alma, de nuestro espíritu humano, de nuestra psiquis, o como quiera llamarse.
Es algo intransferible del ámbito subjetivo del propio individuo. Como alguien ha dicho, el imaginario es la única propiedad privada del ser humano.
La confusión del sentimiento con la cosa o la persona sobre la que el sentimiento se deposita, estaría en la base del mecanismo mental por el cual un amante que no se siente correspondido, puede llegar a la agresión física del que espera la correspondencia.
Si no sé que el sentimiento que tengo con la otra persona, no es la misma cosa que la otra persona misma, se puede armar el problema que da lugar a la agresión. Lo que es un problema de amor, una construcción de sentimientos entre los sujetos, se convierte en un problema entre personas.
La confusión entre el sentimiento, entre la palabra y la cosa, está en la base de todos los desvaríos, de todas las locuras.
Si no lo hacemos es porque no creemos que esta violencia tenga causa, o que sea posible trabajarla, hacer de ella algo diferente.
¿Qué pasa? Esta es una pregunta esencial.
¿Por qué un señor que ama a su mujer, llega a agredirla? Esto no cae de suyo. Tiene que funcionar en su mente algún mecanismo que le haga recorrer ese desgraciado camino.
Una primera aproximación de tipo psicológica a esta causa, es pensar la naturaleza de la relación de la persona amante con la persona amada. Como suele decirse en psicología, del sujeto y el objeto de amor.
Suele decirse que la otra cara de la moneda del amor es el odio, lo que se nombra como amor-odio.
¿El amor encierra el odio? Creemos que no. Más bien que cuando abres tu corazón inventarizas tu alma a favor de la persona amada, dejas que ella sea la dueña de tu corazón.
Ello produce un sentimiento maravilloso, una exaltación del yo. Que por otra parte también nos coloca en una situación de dependencia emocional respecto de la persona amada.
Dada esta situación si el amado no responde a nuestro amor, sentimos que nos quedamos sin alma.
Este vacío del amor despechado, esta desilusión que todos hemos experimentado de una u otra manera, produce de un gran dolor, pero eso no significa que nos carguemos a la persona amada.
La pregunta aquí sería;
¿Cuál es la diferencia mental que hace que en un caso nos sintamos muy doloridos, y en el otro lleguemos a la agresión?
En principio, creemos que la rabia hacia el que no corresponde a nuestro amor, no tiene por qué llegar a la acción agresiva. ¿Qué es entonces lo que hace que se pase del sentimiento de rabia o incluso del sentimiento de agresión, al ejercicio real del daño?
Nos parece que aquí nos hallamos en el terreno de diferenciar la realidad material de la realidad psíquica.
Es verdad que cuando amamos a alguien tenemos la capacidad de diferenciar la persona amada real sobre la que nuestro sentimiento de amor se deposita, del sentimiento mismo del amor, la persona amada real, la realidad social de dos personas, que integran una pareja sentimental.
Pero el fenómeno del amor es algo de nuestra alma, de nuestro espíritu humano, de nuestra psiquis, o como quiera llamarse.
Es algo intransferible del ámbito subjetivo del propio individuo. Como alguien ha dicho, el imaginario es la única propiedad privada del ser humano.
La confusión del sentimiento con la cosa o la persona sobre la que el sentimiento se deposita, estaría en la base del mecanismo mental por el cual un amante que no se siente correspondido, puede llegar a la agresión física del que espera la correspondencia.
Si no sé que el sentimiento que tengo con la otra persona, no es la misma cosa que la otra persona misma, se puede armar el problema que da lugar a la agresión. Lo que es un problema de amor, una construcción de sentimientos entre los sujetos, se convierte en un problema entre personas.
La confusión entre el sentimiento, entre la palabra y la cosa, está en la base de todos los desvaríos, de todas las locuras.
2 comentarios:
En otro de tus post hablabas del machismo historico, pensando en eso te pregunto como puede un hombre liberarse o elaborar unpensamiento critico acerca de ese machismo.
Carolina
Cómo puede un hombre liberarse de su machismo histórico. El machismo es una posición ideológica y como toda ideología está encarnada. Vale decir que no basta con tomar conciencia del error ideológico en el que caigo para haberlo resuelto, sino que es necesario, después de haber tomado conciencia de mi error - posible primer paso -
andar un camino que pueda desmontarlo.
Es un camino de psicoanálisis, de un modo clásico con un profesional o con la vida, pero deberá buscarse la forma de hacer este recorrido. Para ello es necesario tener el deseo de hacerlo.
Un saludo
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